Después de 40 años se cumple en el 2013 el inicio de las relaciones entre España y China de 1973. Para ello me gustaría hablar acerca del libro Franco-Mao-1973: Las relaciones entre España y China, escrito por Luis Palacios Bañuelos, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos.
Con unos líderes aparentemente antagónicos en cuanto a posturas políticas, las relaciones entre ambas naciones se moverán en torno a las políticas exteriores.
Aunque este acontecimiento es el más significativos entre los dos países, en la historia de España también existen capítulos menos relevantes del acercamiento entre ambas naciones:
Para realizar su investigación, Palacios se ha servido, sobre todo, de los restos encontrados de El Escorial, donde muestra la ejemplificación de dichas relaciones. Algunos de los textos encontrados datan del siglo XVI.
-Toda esta historia comienza en la época de los descubrimientos, con Cristobal Colón a la cabeza; y es que una vez hallado el nuevo continente, era el momento de articular a quién pertenecían las tierras. Por consecuencia, aquí se iniciarán los acuerdos y relaciones entre ambas naciones.
-Por otro lado, labor importantísima en dichas relaciones tienen los misioneros, pues cuando se van descubrir nuevos territorios, la iglesia católica envía a dichas figuras a explicar su religión y captar a más gente. Estas personas llevaban también una labor cultural, ya que para comunicar sus ideas necesitaban conocer un idioma, unas costumbres…
- Otro punto de acercamiento fue debido al Galeón de Manila, nombre con el que se conocían las naves españolas que cruzaban el océano Pacífico una o dos veces por año entre Manila (Filipinas) y los puertos de Nueva España (hoy México), principalmente Acapulco y Las Peñas (Hoy Puerto Vallarta). El nombre del galeón variaba según la ciudad de destino.
-Para destacar uno último, podemos encontrar las monedas de plata españolas, llenas de caracteres chinos grabados con las que se pagaba en China.
Tras esta breve visualización de los pequeños vínculos que se establecieron, llega el momento, tras la II Guerra Mundial, en el que Mao sale vencedor en las elecciones. En este contexto, en marzo de 1973, la España de Franco y la República Popular China de Mao establecieron oficialmente relaciones diplomáticas. Todo un hito de la política exterior del régimen franquista que, sin embargo, no ha tenido nunca una gran trascendencia mediática.
Las negociaciones se llevan de manera tan discreta que no solo sorprenden a la opinión pública, sino también al propio vicepresidente del gobierno del momento, Carrero Blanco, que dijo haberse enterado de la noticia mediante la prensa. En realidad el contacto directo entre los dictadores nunca ocurrió, y en los últimos momentos del franquismo, el dictador español se vio "casi obligado" a establecer dicha conexión con Mao, pues había ya una larga cola de países que lo habían hecho, entre ellos Estados Unidos. La única condición que debía aceptar Franco era la ruptura de España con la otra China, Taiwán.
Como repercusión del acontecimiento, en España el mahoismo daría pie a la participación de partidos de la extrema izquierda (FRAP). Unos años más tarde, en 1978, el Rey Juan Carlos I, inicia su primer viaje a China y resulta ser fuertemente aclamado por la población.
Como comentario personal me gustaría apuntar lo mucho que me han sorprendido algunas de las curiosidades sobre la cultura China: las escupideras, los formalismos, el protocolo de intercambio de la tarjeta de visita, no comer todo lo que hay en el plato como símbolo de respeto, no envolver un regalo en papel blanco, o no decir no (en su lugar, "habrá que estudiarlo"). Se trata de un país diferente al nuestro en demasiados ámbitos, tanto que resulta imprescindible conocer su historia y cultura para cualquier situación que se preste.
En cuanto al libro del profesor Palacios, me parece un gran tema de estudio, un curioso caso de cómo dos líderes con posturas ideológicas contrarias pudieron realizar acuerdo alguno, un claro ejemplo de que el hombre, por muchas diferencias aparentes que pueda tener, es capaz de relacionarse con su opuesto.
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