Romeo y Julieta - Retazos de una melancólica pasión
Dichosa es la pasión que embriaga a los corazones inexpertos. Volátil, audaz, caprichosa y melancólica, nace sin razón y muere sin lógica, pero crea el sentir mas intenso (y mas errado) que podamos experimentar. Una mirada que induce a tales pensamientos, tales acciones que ligan a uno al simple destino de otra persona. Y todo en un instante irreconciliable, que no podría haber sido de otro modo. Como si el juego de un extraño dios, un ser superior al que los humanos puedan concebir, se dignara a tomar decisiones por encima de aquello de lo que el ser humano es capaz de decidir.
¿Amar a primera vista es utopía, ficción, o simple pasión? El descontrol de un sentir, de una explosión interior a la cual no se puede atener razón alguna. ¿Acaso no son las pasiones lo mas bello que podamos encontrar? ¿Acaso no es inmensamente glorioso y grandioso amar sin saber por que se ama? Sentir algo y no poder darle una ubicación, perder el control. Para muchos una desesperanza, algo con lo que no perder el tiempo; para otros un ideal, fuerzas que van mas allá de la simpleza que una vida nos prepara en esencia.
Y así como Romeo y Julieta se amaron, con una mirada, con un beso, con un roce, así actúan las pasiones en la raza humana. Sin nada, de fuerza alguna, que tenga que mediar para que logren llevarse a cabo. Y sin embargo son sólidos, arduos, poderosos esos sentimientos que no comprendemos, y aun así los sentimos. ¿Luchar contra ellos? ¿Por que razón? A veces la razón es irreconciliable con la emoción. ¿Porque adjuntarlas? El amor como un acto independiente puede alimentarse por si mismo, quizá no eternamente, pero mientras lo hace es aquello que toda persona desea que fluya por su sangre. Un acto, una palabra, una mirada... lo que sea. A veces no es mas, y en otras ocasiones requiere de un camino mucho mas largo y arduo. ¿Que mas da? Porque es amor. Comprenderlo es tanto un imposible como un indeseable, su misterio, su fugacidad y su intensidad son ciertos elementos que le dotan de esa fuerza e intensidad que lo hacen tan irresistible para la raza humana.
Somos presas de sus brazos, somos victimas de su paso por la tierra y por las vidas de la gente: por las nuestras, por las ajenas... cualquiera. Su capricho nos coge y suelta a su deseo, puede hacerlo o no hacerlo, puede sonreírte o sumirte en la mayor pena concebida, puede ser o no ser. Nunca saber cuando llegara, nunca poder prevenir su exacta función ni su acción... hasta el momento cuando llega. Todo ello conforma su excitante concepto. Porque amar es eso, no desear, no poseer, no comprender... simplemente, sentir, y actuar.
Porque amar también significa hacer cosas incoherentes, que no te habrías planteado en situación diferente a la que te encuentras. Cuando sientes que el “tu” esta ligado al “su”, dos personas que son una sola, dos vidas que enlazan sus caminos, ¿Quien sabe si eternamente o no? Eso despreciado por muchos: ser capaz de hacer el todo y el nada, vivir o morir, llorar o reír, todo es variable. Actuar de un modo inadmisible para tu “tu”, y hacerlo por el “su”. Comprender que a veces hay cosas mas importantes de las que has visto, que el mundo es mas amplio y complejo del que ves y has visto, lo que sientes y has sentido... y en el futuro de lo que hagas esta todo lo referente a tus futuras acciones.
Y si ese sentir tiene que ser fugaz, que llegue y se vaya; si tiene que ser duradero, que me abrace y no marche; si tiene que llegar, que se le espere; si no tiene que aparecer, que deje de existir. Así es el enamoramiento: con su libre albedrío, gusto y grandeza.
Todas estas ideas son las que como humilde lector consigo sacar de una obra como la que aquí os presento: "Romeo y Julieta", de William Shakespeare, un clásico de la literatura donde los haya. Solo hay que ver el tiempo que ha pasado desde su escritura, hace cinco siglos, para entender la transcendencia, importancia y fuerza que tiene una obra como esta en el mundo contemporáneo, del mismo modo que la ha tenido por todos aquellos a los que ha sobrevivido. Un mundo de emociones, traiciones, batallas, alegrías y desgracias... formando un "todo" al que dificilmente podemos no someternos. Han sido diversas las adaptaciones que esta obra ha recibido, pero por mi parte me gustaría destacar aquella película de 1968 que fuera dirigida por Franco Cefirelli e interpretada en sus papeles principales por Leonard Whiting (Romeo) y Olivia Hussey (Julieta). La canción que os presento al principio de la entrada se trata de una composición musical hecha para la película por Nino Rota, encargado de la banda sonora de la película, la cual ha sido a su vez interpretada y adaptada por el reconocido pianista y compositor Richard Clayderman. Una adaptación ciertamente filedigna a la obra original, y sin embargo breve e intensa. La música nos sume en ese ambiente romántico que preconcebido en el Renacimiento, y la cercanía de cada hecho y la facilidad de comprensión cumple a la perfección con su tarea de hacernos sentir en nuestras propias carnes y entender todo aquello que acontece.
Mas claro, es que esa era la habilidad más digna de Sir William Shakespeare, un poder emocional difícilmente alcanzable por otros, una sobriedad a la hora de escribir impactante y una belleza a la hora de utilizar un vocabulario perfectamente designado y medido, todo ello es lo que convierte a su escritura en un arte, y no una mera narración o una obra teatral. Podríamos recomendar y mencionar otras obras semejantes de dicho autor como "Hamlet", "El mercader de Venecia" o "Noche de Reyes", todas ellas obras de diferente temática y género pero, al tiempo, obras maestras de la literatura renacentista y de todos los tiempos. Leer a Shakespeare no es una tarea difícil, pues son lecturas habitualmente ligeras, intensas e interesantes, tan solo tenemos que superar esa frontera que nos hace creer que escritos tan lejanos en el tiempo serán insignificantes y poco transcendentes para nuestro tiempo. Por mi propia experiencia, puedo afirmar que tal afirmación no es veraz.
Catalán Sebastiá, David - Derecho y Periodismo
En primer lugar, felicitarte por tu acertada mezcla entre lectura y música, un dúo que a mi parecer es totalmente conveniente ya que te introduce de manera inconsciente en los pensamientos que aquí nos trasladas que son la reproducción en papel de meros sentimientos que todos, jóvenes o viejos, experimentaremos algún día. Buena manera de exponer el tema del amor, este tema tan enrevesado y complejo de explicar con palabras ya que éstas no llegan a abarcar el significado completo de los sentimientos a los que se refiere. Me ha sorprendido cómo cierras la entrada, recomendándonos al gran Shakespeare ya que no solo expresas aquello que muchos piensan y nos haces sentir comprendidos sino que aprovechas para animar a la lectura de "uno de los grandes". Buen trabajo.
ResponderEliminarHernández Arrabé, Marta.
Economía - Periodismo.