domingo, 10 de marzo de 2013


LA GUERRA DE SUCESIÓN Y EL SISTEMA DE UTRECHT

El siglo XVIII en España comenzó con la Guerra de Sucesión (1704-1715). El uno de noviembre de mil setecientos, el fallecimiento sin descendencia de Carlos II, último representante de la dinastía Habsburgo, desencadenó un grave enfrentamiento internacional en torno a las candidaturas al Trono español. La posibilidad de que un miembro de la familia Borbón pudiera hacerse con las Coronas de Castilla y Aragón, era peligrosa para la estabilidad europea.
 
                                                                 
Luis XIV, rey de Francia, presentó, frente al candidato Habsburgo, el archiduque austriaco Carlos, a su nieto Felipe V. A pesar de que Felipe V fue reconocido inicialmente en España, la política agresiva de Luis XIV y la amenaza de una posible unificación de Francia y España, condujeron a Inglaterra, Austria y Holanda a firmar la Alianza de la Haya, a la que pronto se sumarían otros estados europeos, que se enfrentó al bando borbónico.
 
La guerra presentó una doble dimensión: surgió un conflicto internacional (Francia contra los Estados aliados: Gran Bretaña, Holanda, Imperio Austriaco y Portugal) y una guerra civil española: bando borbónico (Corona de Castilla) contra bando habsburguista (Corona de Aragón).
 
Aragoneses, catalanes y valencianos apoyaron la candidatura habsburguista porque, en su tiempo, Carlos II fue respetuoso con sus privilegios forales y medidas monetarias, que habían propiciado un fuerte impulso económico en sus reinos. Asimismo, temían el centralismo que los Borbones habían impuesto en Francia.

El desarrollo de la guerra se decantó por las victorias borbónicas en España y por la proclamación del archiduque Carlos como emperador de Austria.

 
 




Los tratados de paz de Utrecht pusieron fin al conflicto:

1) Se reconoció rey de España y de las Indias españolas a Felipe V, previa renuncia a sus derechos a la corona francesa.

2) España concedió a Gran Bretaña ventajas económico-comerciales: asiento de negros (monopolio de importación de esclavos en América durante treinta años) y navío de permiso (ruptura del derecho exclusivo español a comerciar con sus territorios americanos concretado en la autorización para enviar a América un navío al año con quinientas toneladas de mercancías para su venta). Ambas concesiones fueron utilizadas por Inglaterra para camuflar un amplísimo contrabando con  el Nuevo Mundo.                                                     

3) Se impuso un sistema de equilibrio entre las potencias europeas, un ajuste de contrapesos para que ninguna potencia tuviera fuerza suficiente como para alcanzar la hegemonía, suponer una amenaza o desestabilizar el conjunto. Así, se desintegró el Imperio territorial español en Europa con la pérdida y reparto de sus antiguas posesiones europeas:
 

- Austria consiguió Países Bajos españoles y territorios españoles de Italia (Nápoles, Cerdeña y Milanesado).

- Holanda obtuvo enclaves en Países Bajos.

-Gran Bretaña logró la cesión de Gibraltar y Menorca, que facilitaba la penetración inglesa en el Mediterráneo.

- Saboya se quedó con Sicilia.

Fuentes Calvo, Daniel (Derecho + Periodismo).

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