Belén Santa Cruz Díez Economía-Periodismo
Esta entrada la voy a dedicar al turismo porque, aunque no sea un tema muy tratado por la sociedad en el día a día, en los bares, en el metro, en los encuentros de amigos..., es uno de los pilares fundamentales para nuestro país.
España es una de las principales potencias turísticas del mundo,
tanto por el número de visitantes que recibe como por los ingresos que reporta
esta actividad. Desde los años sesenta este país ha ido escalando posiciones en la lista de los destinos turísticos preferidos y, a día de hoy, compite con grandes destinos como Estados Unidos o Roma. Sin embargo, la actividad turística en España tiene unos antecedentes históricos importantes.
Desde el siglo XVIII, pero especialmente a lo largo del siglo XIX, fueron numerosos los viajeros que recorrieron España, entre ellos naturalistas y
escritores. Unos y otros quedaron impresionados por la diversidad que ofrece la naturaleza de
España, por el exotismo de unos paisajes que le recuerdan a África, por la supervivencia de las
herencias árabe y oriental, por las ciudades y los monumentos, por los tipos y las
costumbres populares, por el bandolerismo, por las corridas de toros, etc. La difusión de sus conocimientos y de sus experiencias en escritos
y guías de viaje contribuyó a forjar una imagen de España que ha alimentado la curiosidad y el interés de los extranjeros por
España y la percepción de
ésta como destino turístico singular. Podemos distinguir entre causas internas y externas para explicar los motivos del éxito del turismo en España:
- Causas externas: lo principal fue la evolución de la sociedad europea tras la Segunda Guerra Mundial. Tras la reconstrucción del continente, Europa alcanzó un estado de bonanza económica y de bienestar social sustentado en un alto nivel de vida que permitió a la población integrar el turismo en sus actividades de ocio.
- Causas propias o internas de España: hemos de destacar su situación geográfica, su conocimiento y valoración por parte de las sociedades extranjeras y las excelentes condiciones de su oferta turística: amplio litoral, climatología favorable variedad paisajística, rico patrimonio cultural, etc., y todo ello a buenos precios, como correspondía a un país con cierto atraso respecto a los países de procedencia de los turistas.

Debemos, por tanto, incentivar una actividad que es un pilar insustituible en el sistema español. Una actividad que enriquece a una cultura tan rica como la española y que nos permite dar a conocer al exterior sus encantos a la vez que los turistas nos transmiten su propia cultura.
España es, sin duda, un destino turístico a tener en cuenta.
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